27 de octubre 2012, Concierto de Clausura del VI Festival Internacional de Órgano Catedral de Alcalá

Hambre de música

La tarde del pasado sábado, la Catedral Magistral y la Plaza de los Santos Niños se colapsaron con una fila de alcalaínos que esperaba para asistir no a un acto institucional, ni a una exposición gratuita, ni tan siquiera a una manifestación a favor de la cultura y la educación, ni tampoco a un mitin político con bocadillo. Es cierto que tenían hambre, pero era hambre de música y el que no quiso verlo no pasó por allí. El concierto de clausura del VI Festival Internacional de Órgano Catedral de Alcalá 2012 mantuvo la extraña paradoja de que, aún sin contar con ayuda institucional alguna, disfrutó del apoyo masivo de una ciudad que necesita música de calidad.

En los atriles se cerraba esta aventura organística con la Orquesta y Coro de la UAH junto a Liudmila Matsyura, organista titular y organizadora del ciclo y otros solistas. No es fácil ver la Catedral llena de ilusión por escuchar y disfrutar de la Música. Ese enorme éxito de comunicación se debe en exclusiva al incansable equipo organizador cuyo trabajo debemos agradecer y apoyar, aunque en tiempos difíciles sea más sencillo mirar a otro lado que asumir que esta ciudad además de teatro y verbenas tiene hambre de música.

El concierto tenía el hándicap de tener que satisfacer a muchos grupos y muchos paladares. Ambos extremos se lograron con creces en un elogio de la belleza barroca donde no faltaron obras conocidas, famosos engaños musicales y brillo, pasión e ilusión en dosis semejantes. El coro sonó compactado y musical, salvando el problema de la lucha frente al imponente órgano del templo. Gran labor del cuarteto solista con un director atento y cuidadoso. Esperamos escucharlos más a menudo. La orquesta luchó contra una acústica que no ayudó aunque es de justicia resaltar que acompañaron al organista con suficiencia y agilidad en el concierto de Haendel y nos emocionaron en Adagio en sol-menor. Los solistas Iñaki Urbina (oboe) y Isabel Kindler (soprano) han añadido brillo y elegancia al tejido de este gran programa. Arropando todo el concierto estuvo Liudmila Matsyura, que tocó, escuchó, esperó y elaboró una tela mágica en torno al órgano que no admite sino el agradecimiento permanente de esta ciudad y todos sus hambrientos conciudadanos que esperan el próximo Festival y más música… mucha más música.

Juan Francisco de Dios Hernández
Doctor en Musicología

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